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sábado, 27 de febrero de 2010

Árboles longevos (homenaje)

Vas por un camino andando, y de repente aparece una braña con un árbol especial. ¿Y por qué especial? Especial, porque cuando un árbol tiene la suerte de nacer en buena tierra y se le respeta, se llega a formar en toda su extensión, como ocurre con las personas.
Podemos hablar de la castañera de Terán, de la Encina de los Enamorados de Noja, del Haya de Cotera Pumar en Ucieda, del Nogalón de Bárago, de la Braña los Tejos, o del difunto Cubilón de Ruente. Son algunos ejemplos de árboles longevos en Cantabria, calificados en este caso como "singulares" por el gobierno competente, lo que les dota de una protección superior a la que recibe cualquier otro árbol. Cuando se respeta un árbol longevo, se cultiva el respeto a la naturaleza, pues es esta cualidad humana, la que ha permitido que él esté ahí. Ignorantes, alardeamos de haber inventado el respeto por la naturaleza. No nos damos cuenta de que estos árboles testigo, están ahí porque el respeto por la naturaleza existe hace al menos, tantos años como ellos tienen.
¿Qué historiador no ha podido evitar imaginar lo que esa cagigona habría podido ver si de ojos estuviese dotada?¿Qué meteorólogo no adivinar las crudezas de ese Mostajo a 1900 m? ¿Qué naturalista no ha fantaseado sobre los osos que vería pasar bajo ella esa haya de Ucieda? ¿Qué no habrá vivido la Braña los Tejos? Si hablasen, podríamos escuchar de primera "persona" alguno de aquellos capítulos de las guerras cántabras con los romanos en el Monte Medulio (Monte de los abedules, actual Peñasagra). Y sí, están allí desde entonces, no todos, pero quizás alguno de los más longevos...¿No es increíble?

Os adjunto una foto de un árbol que me emocionó hace unas semanas. Es la Carrasca de Salanova. Una Encina de espectacular tamaño y seguro que no menos abultada longevidad. Nadie puede negar que pone una nota especial a este paisaje de la cuenca del Isábena, en la provincia de Huesca. Eso es riqueza, y se ha conseguido con respeto. Con tantos ejemplos como tenemos...

miércoles, 24 de febrero de 2010

¡Alca por babor!

Hoy al mediodía estuve remando por la ría de San Vicente de la Barquera, la que viera nacer a parte de mi familia (padre y abuelo sin ir más lejos). Picaba el sur, pero apenas se notaba dentro de la bahía. Cielo bastante despejado, temperatura alta, mareas muertas, y pleamar. Apacibles condiciones para disfrutar de tan hermosa ría sobre una embarcación a remos. La calma de las aguas, da una transparencia poco habitual a la ría. Seguramente hoy fuera buen día para bucear, pero las fechas, me acabaron echando para atrás por el tema de las temperaturas del agua...así que me vine sin equipo.
Pero no todos son tan cobardes. Cuando paso bajo el puente que une el pueblo con La Barquera, veo algo por el rabillo del ojo. A mi derecha, por babor, un torpedo alado me adelanta rozando el fondo marino, unos 3 m bajo la lámina de agua. Parece un álcido. Cuando emerge, compruebo que efectivamente, se trata de un Alca. Para los que desconozcáis la avifauna marina, guarda cierto parecido con un Pingüino, pero Alca torda puede volar. Son aves que nacen en las costas noreuropeas, islandia, etc, y vienen a pasar el invierno a zonas menos frías. Este ejemplar, concretamente, estaba anillado con una anilla metálica en el tarso izquierdo, pero habría que cogerla en mano para poder ver la inscripción y saber su procedencia y edad exactas. Suele ser un ave invernante escasa en las costas cántabricas, pero fluctúa mucho de unos años a otros. El año pasado, hubo mucho Arao (de la misma familia) y muy poco Alca. Este año, sin embargo, ha ocurrido al revés. Por si en años venideros deja de ser común, hay que disfrutarlas las pocas semanas que le quedan para marcharse rumbo norte, y hoy no pude hacerlo de mejor manera.
Con el carel por trípode, pude disfrutar a escasos metros del Alca sin que recelase para nada de mi presencia. Era un barco más en la acogedora ría, y se nota que se la ha tratado bien en estas latitudes. Quizás hace pocas décadas, las probabilidades de encontrar tranquilidad en cualquier ría cantábrica, fuese remota. No así ahora, que el respeto parece haberse generalizado. Os dejo una de las múltiples fotos que la saqué.

jueves, 18 de febrero de 2010

Otra sobre adaptación

Era en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), pero podría haber sido en cualquier otro pueblo peninsular. Los linces en Sierra Morena, los jabalíes en Doñana, los zorros en Monfragüe, los osos en Yellowstone, los sarrios en Ordesa o las cabras monteses en Gredos. Allá donde un animal no es cazado, la presencia humana no es un factor limintante para su distribución. Esta agachadiza común, codiciada especie cinegética, hace vida normal en un río que pasa por el pueblo, a escasos metros de donde la gente pasea. Cuando das con un caso de estos, siempre te quedas con cara sorprendida mientras la gente que pasa a tu vera te mira con más asombro aún: "¿qué le pasará a este chico? ¿Para qué le sacará tantas fotos al agua?

martes, 16 de febrero de 2010

300 km descubriendo chamineras

Chaminera: Vocablo de la fabla aragonesa para denominar a las chimeneas típicas de la zona.
Son cilindras-cónicas, de gran diámetro, recubiertas de piedra, y rematadas en su parte más alta por una piedra característica a modo de espantabrujas. Desde luego, todo un símbolo en cada casa, señal de lo vital que es el calor en los inviernos pirenaicos...
Termino una etapa invernal marcada por las rutas pirenaicas que en ocasiones han sido fáciles, cómodas, apacibles, y que en ocasiones han sido frías, difíciles, laboriosas...pero siempre reconfortantes. Han sido más de 300 km de zapatilla por paisajes pirenaicos y prepirenaicos. No 300 km de pistas o senderos. En ocasiones, me he encontrado con kilómetros muy largos. Temperaturas de hasta -11ºC, cierzos de hasta 40 km/h, caminos que sólo existían en los mapas...gentes de los pueblos, muchos animales...Y la gente con la que he compartido cenas, fiestas...
Ahí han estado Rubén, Sara, Alfonso, Álvaro, Raquel, Juan Carlos, Teresa, Mario, Noelia, Manuel, Gustavo, Javier, Marta, Rodrigo, Ana, Noelia, Simona, Saray, Viki, Javier, Verónica...¡y alguno más! Combinar monte y gente querida, siempre es agradable.
Ahora en Cantabria, en un sofá y a 18 grados, pero con la cabeza fría, afronto importantes decisiones convencido de lo que quiero, y dispuesto a luchar por ello.

jueves, 11 de febrero de 2010

Sin ángeles

¿Será verdad que todos tenemos un ángel bueno en un hombro y otro malo en el opuesto? Si es así, me temo que yo hoy he perdido a los dos, porque con el cierzo al que me enfrenté esta mañana, es imposible que sigan ahí. Y si siguieren, no serían ángeles sino caparras (garrapatas). Y si caparras fueren, anticongelante deberían llevar, pues con mi sangre se iban a congelar.
Estoy en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), y hacía tiempo que no tenia un tiempo tan desapacible en el campo. De hecho, creo que es el único día en las últimas semanas que he salido provisto de cazadora y guantes (la braga tampoco me habría sobrado). Chorro de 40 km/h que ayer debió de pasar por el mismo Arco del Triunfo, ¡viene directo del Norte! Acompañado este viento por una temperatura de -1º, creaba una sensación térmica que haría apretarse las costillas con los codos al escandinavo más recio.
En principio parecía una jornada de poco gozo. Pero en el campo, siempre hay una alegría que justifique la salida. Un bando de Grullas, lucha contra el viento a baja altura. Seguramente no quisieran pasar tan cerca de mi peluca, pero el viento las obliga a pasarme a unos 30 m. Los gruídos, las siluetas, las patas, el cuello, su pico, y en los intentos de cambio de rumbo, un sol mañanero dándoles color por debajo... Vaya momentazo. Estuve 10 segundos disfrutándolas, y al final, se me saltó una lagrimilla...(seguramente arrancada por el aire).
El paseo prosiguió con interesantes avistamientos. Laguneros, Milanos Reales, Avefrías, Agachadizas, y a lo lejos...Las Bárdenas empiezan a difuminarse. La lluvia se acerca. ¿Lluvia? El paisaje pasa de difuminarse a prácticamente desaparecer tras una nube blanca. En 30 minutos, una ventisca aderezada con nieve me alcanza. Busco refugio en una vieja paridera durante 5 minutos, pero la cosa no parece aclarar, y escondido tras un cuaderno que me quita el helador viento del rostro, reanudo la marcha. Siguen saliendo bichillos a mi paso: Bisbitas, Chochines, un elegante Buitrón, pintados Jilguerillos, Zorzales Comunes...
La hostil llanura llega a su fin, y entro en el pueblo que está aparcado el coche, donde ahora escribo ¡aquí si que se está bien!
Ahí fuera, sin embargo, las Cigüeñas siguen sufriendo las consecuencias del nivoso cierzo. Las retrato como recuerdo de una dura, épica, y porqué no, divertida jornada de campo.

lunes, 8 de febrero de 2010

¡Ey amigo, no nos abandones!

El otro día, en una de mis jornadas de campo, tuve un encuentro de los más simpático. En mitad de un páramo zaragozano, un cercado con una nave, y dentro del cercado, juntos, un mastín y un burro. Yo me acerco a paso ligero. Estiraban las orejas lo más que podían para intentar captar la mínima señal. Cuando llegaba a la alambrada, el perro emprende una carrera hacia mí, ante la impasible mirada del burro. Para mi sorpresa, no viene en actitud territorial, sino que viene moviendo el rabo y pisándose la lengua. Aparenta ansiar atención. Efectivamente, meto la mano al cercado, y por unos segundos, calmo su necesidad de cariño. El burro que lo ve, sale corriendo hacia mí como si de otro perro se tratase. Saqué la mano por si acaso...pero enseguida me doy cuenta de que también quiere caricias. Si acaricio al burro, el perro se pone de piés, si acaricio al perro, el burro me da cabezazos en la mano. La verdad que me pareció una escena muy divertida. Al marcharme, el perro gemía, y el burro...¡mordía la valla! Lo que querían decir, tenía fácil traducción a nuestro idioma. Alejándome, el burro acariciaba el lomo del perro con sus preciosos dientes, y el can le tiraba "lamiotás" al aire, pues no llegaba al morro de su amigo. La verdad, que me quedé sorprendido con tan emotivos comportamientos...y pensé que os gustaría leerlo.

viernes, 5 de febrero de 2010

"Salvau por La Cagigona"

El Bichu se lió la manta a la cabeza y largose a Francia de visita familiar...
El pronóstico, en principio (porque luego lo cambiaron) era demasiado lluvioso para la zona española que quería visitar, así que cómo plan alternativo, me decidí en cosa de 5 minutos a hacer una excursión a Francia. El destino estaba situado en las colinas del departamento de Gers, al N de los Pirineos. Amplios territorios de colinas con pastos, campos de maíz, y envidiables manchas de robledal...Quiero imaginarme la marina cántabra hace pocos cientos de años, antes de que se arrasaran los robledales, ya desconocidos en dicha región cómo tales, y antes de la reforestación con pinos, y sobre todo, con eucaliptos.
El caso es que llegado a la villa de Mirande, de cerca de 4000 habitantes, tuve el conflicto de siempre...¿cómo llegar a casa? Un laberinto de chalets con jardines entorno al casco urbano...La zona la sé, al noroeste del núcleo...El sol en el cielo era buena pista para orientarme. Comercios, bares (escasos) y edificios, no eran buenas referencias para mi selectiva memoria. Sin embargo, girar una esquina y encontrarme de nuevo con aquella fantástica cagigona (Roble Carvallo Quercus robur), me alivió. Esa si que era una buena referencia a partir de la cual doblar 3 esquinas y llegar al hogar. De no ser por ella, unos centenares de metros más ya me habría hecho por el pueblo...Me alegró enterarme después, además, que a mi bisabuelo ya le llamaba la atención ese magnífico árbol, y que también lo utilizaba como referencia.

martes, 2 de febrero de 2010

Sol y sombras

El invierno está en su apogeo. Las nieves que adornan el suelo, ya no son aquellas primeras que cayeron. Detrás de ellas, vinieron heladas que las conservaron, y después, encima, otras nevadas. En estas fechas, hay gran diferencia entre los paisajes pirenaicos de las laderas umbrías, y los de las laderas solanas. Las exposiciones norte, blancas; las sur, desnudas.
Saqué esta foto en un pueblo oscense llamado Bibiles. Atención a los montes de enfrente, solanos, donde la nieve empieza a aparecer mucho más arriba, estando esa magnífica ladera vestida de roble y pino, libre de nieve. El monte más alto que sale a la derecha, está ya en la provincia de Lleida. Se llama el Currunco, y tiene 2543 m. En el pueblo de al lado de Bibiles, en Bonansa, el termómetro marcaba -11ºC a las 9 de la mañana en día soleado. Que dura es la montaña. Pero que sarna más rica...