Los amigos del blog son:

domingo, 10 de marzo de 2013

Técnicas d'antañu

Así lo hacían nuestros ancenstros hace ya más de 10.000 años en Altamira. Primero pintaban la presa. Después salían a cazarla.
Funcionaba, por lo que creímos que sería buena táctica para que mis amigos de Guadalajara vieran especies como el pito negro dryocopus martius.
Con esta peazo obra...¡a ver quien disimula la alegría!

La Maña, qué es una artista, se presentó en casa con esta maravilla. Aunque así lo tenía planeado ya, ahora sí que no quedaba más remedio que hacer de su estancia en las montañas cantábricas una merendola de pasteles en forma de bicho, sucediéndose unos a otros. Y así, hasta que el empacho faunístico llegara a sus cuerpos, pero también al mío.
Tanto Isaac como Esther venían con mucha fuerza emocional para no perder ni una hora de luz, así que todos los días se madrugó, y se bicheó por el campo.
El primer día de monte no fue demasiado afortunado. Un corto paseo, en el que pudimos disfrutar sobre el embarrado suelo, nos permite disfrutar de rastros de animales como tejones o zorros. Al llegar a la zona buena de espera (para el gato), nos acomete una borrasca leonesa que cargada de agua, nos hace pegarnos a una roca primero, y a bajar hacia el pueblo después, pues el refugio no hacía ya efecto. La tarde metida en agua, da para poco más que hablar al fuego, organizar y reir.
El día siguiente sería más fructífero. Un primer intento al pico mediano dendrocopos medius da un excelente resultado con una observación de un ejemplar a 20 metros, que se llega a poner a 10 metros nuestros mierntras rebusca comida por las ramas de fresnos y robles. Un rojo metálico adorna su píleo. Estamos a las puertas de la primavera, y su librea es espectacular. Reclama ya, aún tímido, marcando su territorio. Es una joya de los robledales lebaniegos, y mis amigos alegran así la retina nada más desayunar....¡buen comienzo del día! El resto día lo pasamos buscando desde distintos puntos con buenas perspectivas. Esquivamos en la medida de lo posible la lluvia primero, y el viento sur después, que por estas fechas y en zonas altas, pasa descalzu por encima de la nieve. Cuando quedan pocos minutos para que termite el día, ¡bingo! Localizo con el telescopio un gato montés felis silvestris que sale a un prado aledaño al hayedo. Está a larga distancia, pero lo suficiente para que lo podamos disfrutar campeando por su prado, con una hermosa cola anillada a su zaga. La observación ha sido un premio a un día de muchas horas buscando, y a la carrera con lluvia del día anterior.
El día siguiente, madrugamos un poco menos porque nuestro objetivo es cambiarnos de cuenca, del Deva al Nansa, para intentar por la tarde el pito negro, por lo que no hay mayor prisa. Por el camino, paramos en muchas ocasiones. En uno de los sitios, la fortuna se vuelve a poner de nuestro lado. Un ejemplar de treparriscos tichodroma muraria busca insectos a escasos metros nuestros. Los visitantes lo flipan, pero un servidor también. Es un minuto muy intenso, pues ver esta especie tan cerquita, no siempre se consigue.

Ejemplar de treparriscos.

Por la tarde, nos adentramos en la foresta que nos llevará a un territorio de picamaderos negro que encontré hace ya 17 años. Egoístamente, y pese a ser consciente de que no es así, he sentido este territorio siempre bastante mío. Muchos amigos han pasado por él, y han disfrutado todos ellos (menos unos pocos) de estos pájaros. Me enorgullezco de poder verlos en buena compañía siempre que quiero sin necesidad de estresarles con reclamos, cómo hacen algunas personas. No nos hizo falta hacerlo ni para el carpintero, ni para el de la foto de arriba.
Hembra de pito negro.

Primero una hembra, y después un macho, acuden al atardecer y nos rodean. Hay poca actividad de reclamos, pero lo suficiente para que estemos agusto los tres, junto con Musgo y Uva (los perrucos), disfrutando acurrucados al pié de un haya, y viendo de cerquita el día a día de estos pajarones. Es un lujo todo lo que hemos vivido estos días en el monte, y también lo vivido y no mencionado aquí en la costa, donde las observaciones también nos han acompañado. Nunca olvidaré estos 5 días, ¡Gracias amigos!
Los intenresados en contactar con La Maña para ver sus productos y hacerle un encargo, pueden hacerlo a través de su facebook o de su blog. Les aseguro, que se vestirán por las mañana con una gran sonrisa.

1 comentario:

  1. Como nos gusta ver pito negro y no ese nombre que le pusieron ahora. Este fue el bicho que nos abrió los ojos a este mundillo hace más de 30 años en el hayedo de Redes. Por eso le tenemos un cariño especial. Una hembra preciosa. Saludos.

    ResponderEliminar