Los amigos del blog son:

viernes, 5 de abril de 2013

Nieve del norte, sol del sur...

En estos días de frío, de granizo, de nieve, dónde no queda más remedio que esperar a que pase la nubona y deje a los bichos un libro blanco sobre el que escribir sus andanzas, uno se acuerda de soleadas jornadas vividas hace pocas semanas, en invierno aún, por los montes cacereños. La llegada a ese lugar de las cigüeñas negras, el ataque del peregrino a una joven e incauta real que decidió, atrevida, acercarse al roquedo del pequeño príncipe, la familia de nutrias jugando ajenas, debido en parte a la distancia que el telescopio reduce. La pareja de perdiceras sobre el roquedo, la de imperiales sobre la encina, las carroñas, sobrevoladas no sólo por buitres leonados como aquí, sino por los negros también. El atardecer amenizado por un búho real que recoge el relevo de las diurnas para escudriñar cada canchal, cada claro en el encinar. El búho real, que no da continuidad al silencio que inician los mirlos y otra aves en el crepúsculo con un madrugador BU-ÚUUUU. Y en las campas, las ranas de San Antonio que tardarán aún unas semanas en cantar más al norte.
Perdiz roja (Alectoris rufa)

La primavera, que aunque en el calendario del ser humano tiene un día oficial de inicio, en el caprichoso campo, escoge una fecha para cada lugar, avanzando a un ritmo que marca el avance hacia el norte de las flores o al de las aves migratorias.
El ave de la foto, una perdiz roja, apareció cerquita, sin miedo, a reclamar su parcela ante sus congéneres. El sol de la primavera despierta a las hormonas, y ante tal situación, la palabra miedo pierde valor. Os dejo con esta estampa primaveral del centro peninsular, y nada, ahora a esperar mientras sigo clasificando fotos a que pase el temporal para ver cuándo se puede dar una vuelta por la nieve del norte, probablemente la última de la temporada a cotas medias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario