Los amigos del blog son:

miércoles, 2 de octubre de 2013

La del suplemento

Esto que os cuento aconteció esta primavera. Estaba con un amigo y una amiga bajo un paredón calizo en la provincia de la Yebala (Marruecos). Habíamos subido por aquella ladera con el fin de localizar nidos viejos y en desuso de quebrantahuesos, todo ello enmarcado en un proyecto de investigación en el cuál participé.
Minutos antes, habíamos disfrutado con la evolución de dos pollos de águila perdicera Aquila fasciata, que volaban ya junto a sus progenitores lo que era su territorio de aprendizaje, y de momento, de caza también. Chacales, puerco espines, jabalís o monos de Berbería, eran algunos de los animales que se podían encontrar en aquel paraje. También perdices morunas, chagras o chovas.
Habíamos tenido que ascender por un pindiu canchal, y rodeado un denso matorral, posiblemente de lentisco, no recuerdo ahora. Llevábamos allí más de media hora hablando, comiendo, bebiendo, reposando... Escuché un poco de ruido dentro de la mata de arbustos, pero no le hice demasiado caso pensando que podría tratarse de un pájaro tipo mirlo, pues a veces hacen mucho ruido para el tamaño que tienen. De repende, de aquel mismo sitio, sale un estruendo y algo comienza a romper monte. Una nerviosa jabalina se aleja de nuestra posición. Había estado oculta en la espesa vegetación pese a nuestra cercarnía, unos 50 metros. Espectacular la carrera que echó ladera abajo atravesando lentiscares, canchales y demás parches.
 Desaparece, y todo vuelve a quedar en calma. Pero un momento...en el lentiscar se sigue escuchando un ruido, pequeño comparado a lo de hace un rato. Era como el bonus track de un disco, o como el suplemento de una publicación. La jabalinona primeru, ¡y los bichucos detrás! De repente, sale a escena una piara en busca de su madre. Son 4 rayones, que desafiando a lo más seguro, que era quedarse ocultos, deciden bajar por la ladera siguiendo los mismos pasos que su sabia madre. Fue una escena muy bonita. Os dejo con la imagen que se quedó en el sensor de la cámara, y también en nuestras retinas.

1 comentario:

  1. Espectacular relato compadre y una auténtica experiencia vivir ese momento.

    ResponderEliminar